Hola Miguel Ángel Linde:
Yo si que me alegro, y muchísimo de saber de ti, y de vosotros, pues contigo ya sois siete los antiguos alumnos del Mio Cid (hoy Aigua Marina) que os habeis comunicado conmigo recientemente.
Me gustaría saber de ti, de tu vida, conocer cual es tu aspecto ahora mismo, por si algún día tenemos la oportunnidad de volvernos a ver. Mis imágenes de ti se remontan a tu niñez, a la de un niño muy cariñoso y simpático. Un excelente extremo para los partidos de fútbol, como el extremo Navas del Sevilla. Te recuerdo con el bocadillo en la mano y entrando hábilmente por algún hueco para hacer gol. Eras pequeñito, pero muy hábil y escurridizo.
Ahora te habrás convertido en un hombretón de cuarenta años, yo en un abuelo de 60, pues mi hija Sandra me regaló una preciosa nieta canaria, Ana, a la que adoro.
Por favor, cuando me escribas no utilices las abreviaturas que probablemente usas para el teléfono móvil. No tengo móvil, no lo he necesitado hasta hoy, y por la selva de este nuevo idioma abreviado no me oriento bien. Muchas gracias.
Recibe un abrazo muy afectuoso de tu amigo, Paco Lagardera.
P.D.- Probablemente me escribes desde el correo electrónico de otra persona. ¿Es así? Esta circunstancia me ha desorientado bastante.
Supongo que no te importará envie también este mensaje a los seis compañeros aludidos (Ramón, José Antonio, Albert, Lari, Toni y José Ignacio) para que así os podais comunicar entre vosotros. Hasta ahora he sido incapaz de hacerme socio de Google para escribir desde la página que ha creado Domingo. Pero lo volveré a intentar.
viernes, 9 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario